Entrevista por: Hugo Toro. Avelina Lésper - Semblanza Crítica de Arte, publica en el Suplemento Cultural Laberinto de Milenio Diario en distintas publicaciones en España, Francia, Argentina, Chile, Venezuela, Ecuador y Colombia, Costa Rica. Dirige la Colección Milenio Arte y los programas de arte de Milenio Televisión. Es autora del Libro El fraude del arte contemporáneo, ediciones El Malpensaste. Conferencista en universidades y centros culturales. Sitio de internet: www.avelinalesper.com Es un enorme gusto personal y un honor para el equipo de Distrito-Psicoanalítico, entrevistar a una de las críticas de arte más importantes de América Latina. Agradecemos profundamente la amabilidad de Avelina Lésper para la realización de esta breve entrevista y esperamos contar en el futuro con más colaboraciones mutuas.
Hugo Toro: Hay, me parece, dos acepciones del término “arte contemporáneo”, una hace referencia a una época, a una temporalidad que nos corresponde a todos; la otra hace referencia a una cultura o subcultura, a una línea ideológica (como usted lo desenmascara en su libro “El fraude del arte contemporáneo”) que incorpora la noción de que el texto y el contexto incorporados a cualquier objeto o acto suponen arte. ¿Cuál es el principal peligro de esta forma tan extendida de la comprensión del arte? Avelina Lésper: Es una concepción errónea del arte, que impulsa la creación de obras que carecen de valores intelectuales y estéticos. Son obras que se realizan con lo que llaman “medios y herramientas de nuestro tiempo” dando prioridad a la apariencia de actual antes que a la presencia de esa obra como arte, es decir: un video es arte simplemente porque se supone que el video es algo actual, aunque esté fuera de foco y carezca de un sentido estético, la apreciación de arte está sujeta a un argumento curatorial que la define como arte y es depredadora del contexto o espacio expositivo, son obras que fuera de la sala del museo no pueden verse como arte, es más dentro del museo mismo, cuando carecen de una cédula y de vigilancia son confundidas con basura. El peligro está en que impulsan la idea de que el arte ya no es una disciplina y no exige de un esfuerzo intelectual para ser realizado, basta con un discurso curatorial, el apoyo de las instituciones y galerías para convertirse en arte. El conocimiento humano está perdiendo una de sus vertientes, es un falso arte que no genera obras que aporten a la construcción del saber humano, son obras reactivas a las modas, los hechos noticiosos, el dinero, la presencia mediática, intrascendentes, que caducan dentro de la sala del museo. Es un falso arte que se suma a la estulticia dominante en los medios masivos y las redes sociales, incapaz de contrarrestar a la ignorancia masiva. HT: ¿De dónde surge esta forma de definir y crear? ¿Considera que se trata de una emanación clara de un sistema capitalista del consumo y de la fácil producción o sus raíces se encuentran en algo más profundo como la ignorancia estética de las masas? AL: Tenemos una sociedad adicta al menor esfuerzo, al éxito rápido, el reconocimiento inmediato, el capitalismo promete la felicidad a cada instante, y este tipo de arte es parte de esa falsa promesa. El arte VIP, como lo llamo, por sus medios video, instalación, performance, es el arte de autoayuda, porque niega el esfuerzo y la frustración, al permitir que cualquier cosa sea arte, la obra es infalible, sin posibilidad de error, gente sin talento, con una arrogancia enorme se auto llaman artistas con gestos mínimos que en otro ser humano serían muestras de un infantilismo enfermo. La obra completa de Yoko Ono, con sus propósitos y frases tipo de tarjeta de cumpleaños; las obras de Gabriel Orozco, con sus cochecitos y sus pasteles; son parte de miles de artistas que hacen lo mismo, y todo es arte, con mayor o menor reconocimiento, y le dicen a la sociedad que el arte es un objeto de consumo desechable, sustituible, sumiso a las imposiciones del sistema. La denominación de arte es una decisión de académicos, instituciones, especulación económica y teórica, pero no de la obra, no de su factura o su presencia real, un periódico arrugado es arte si tiene un precio estratosférico y está en un museo o una galería. Existe, hoy más que nunca, una política estética, que dicta los medios y la forma de usar esos medios, la facilidad, la zafiedad, la negación a la continuidad de un esfuerzo intelectual y de factura, el constante rechazo a la figura del autor implantado el plagio como arte, están dirigidos a destruir una forma de conocimiento que es el arte mismo. En este momento en que la ignorancia gobierna el país más poderoso del mundo podemos ver como el arte VIP es parte de ese sistema de destrucción intelectual. HT: ¿Es condición que una obra sea considerada una obra artística en sí misma más allá del discurso o contexto que la acompañe para ser buen arte? AL: Es indispensable, las obras necesitan de esa autonomía, de esa libertad que les permite trascender en el tiempo y las circunstancias. Las obras VIP son dependientes de las explicaciones, del contexto del museo, de la moda y el mercado, padecen tal fragilidad que requieren de un gran aparato institucional para sobrevivir, incluida la inversión de marketing y de relaciones públicas. El arte contemporáneo es tan reactivo, que una vez pasado el motivo que lo detonó las obras carecen de sentido, son obsoletas y se suman a una arqueología de lo inmediato, como si fueran teléfonos celulares o computadoras viejas. HT: Sabemos bien que los museos y galerías en todo el mundo parecen estar rendidos a esta forma de “arte contemporáneo”, sin embargo, ¿Podría pensarse que este estilo, en su apreciación y producción, ha permeado en las universidades e institutos de enseñanza en artes? AL: En la educación esto es un problema muy serio, los estudiantes egresan creyendo que son “artistas” y no saben dibujar, ignoran el uso del color y todas las técnicas. Son teóricos de sus propias obras y carecen de obras, las clases de artes plásticas son sustituidas por clases de cómo preparar proyectos y no hay qué hacer, desarrollan textos que ni siquiera saben escribir correctamente. Los estudiantes frustran su aprendizaje, dejan de desarrollar el talento, la consecuencia es que son generaciones de jóvenes incapaces de crear, con un grave déficit intelectual. Esto no sucede en ningún otro ámbito de la educación, es un fenómeno de las artes plásticas que ahora llaman visuales, en la danza, la música, las carreras tecnológicas o científicas, la adquisición de conocimiento y los resultados en la aplicación de ese conocimiento siguen siendo indispensables, en las artes visuales un alumno se gradúa matando un animal, orinando en el salón de clases. HT: ¿El lugar de la transmisión del saber o conocer artístico está en las universidades donde la subjetividad es calificada o deberíamos replantearnos la idea misma del arte en las universidades? AL: La universidad prepara al individuo para que inicie en su búsqueda profesional, las universidades no forman artistas, el arte lo da la vida, la experiencia, el trabajo cotidiano y constante. La subjetividad no es calificada, si algo tiene el arte VIP es que es implacablemente objetivo y apegado a un instructivo teórico. El readymade, esto es el objeto cotidiano convertido en arte, no es algo subjetivo es el producto de una teoría difundida por las universidades y académicos. Las universidades deberían de preparar a los jóvenes independientemente de las modas, dando las herramientas teóricas y prácticas suficientes para que desarrollen una carrera profesional, y no lo están haciendo, hay escuelas que imparten la carrera de “arte contemporáneo”, es absurdo que exista una carrera completa concentrada en un estilo, que además carece de fundamentos estéticos y técnicos, que no implica a la creación, que es exclusivamente un conjunto de teorías arbitrarias. HT: ¿Es el dogmatismo estético y artístico más peligroso que el dogmatismo religioso o político? ¿Por qué debemos preocuparnos de que nuestros institutos de arte transmitan formas tan pueriles de producción artística? AL: El arte VIP es un producto del dogmatismo político y funciona exactamente igual, que la demagogia, nos dicen que un objeto es algo que en los hechos no lo demuestra, está en contra de la crítica a la que llama censura. Aceptando todo como arte, únicamente porque así lo imponen las instituciones y el mercado, negando el análisis y la crítica se fomenta una sociedad acrítica y sumisa al poder. Es un arte que rechaza el cuestionamiento, que acusa como enemigo al que se atreve a analizarlo y decir que no es arte, que estigmatiza al público llamándolo ignorante, este autoritarismo demagógico en un ámbito de conocimiento que se suponía enaltecía a la libertad y la rebeldía creadora, conduce a que la sociedad también niegue la libertad, asimile las falacias del poder y de la información que circula en internet, y que no cuestione el autoritarismo. Es un arte infra intelectual para una sociedad ignorante, que es la ideal para el sistema, para el establishment. HT: Si ya no se trata de técnica, habilidades, inteligencia y pensamiento: ¿Qué se evalúa ahora en la creación artística?, ¿el discurso que acompaña al objeto en cuestión?, ¿el contexto?, ¿la superficialidad?, ¿el snobismo?, ¿la pretensión?, ¿lo paradójico o contestatario? AL: Las obras de arte VIP carecen de una jerarquía de valores, no existen parámetros de evaluación, ¿cómo evalúa una naranja de Gabriel Orozco, una cubeta con sangre de Margolles o unas tablas encimadas de Cruz Villegas? No hay parámetros, lo que queda en esto es el argumento que lo define como arte, es un arte verbal, sin obras, todo está sujeto al aparato teórico que lo ha implantado como arte. El texto teórico es de aprobación, una obra y su explicación constituyen un acto de fe, si crees en lo que te dicen de la obra entonces es arte, es como las religiones que para existir te exigen creer, sin dar pruebas de sus dogmas que no evalúas ni cuestionas, los aceptas. HT: Usted sanciona la última parte de su libro, “El fraude del arte contemporáneo”, con una frase que en lo personal me parece brillante: “el arte es un vehículo que nos salva de la barbarie ignorante, irracional y criminal.” ¿Cómo el arte se convierte en un vehículo salvador y qué se requiere ahora que parece que el salvador necesita ser salvado? AL: El arte VIP en lugar de ser un vehículo que nos dimensionara sin depender de las modas, las facciones y el consumo masivo se sumó al lenguaje, los objetivos y las imposiciones del establishment. No es un sitio de rebeldía creadora, de invención de una realidad que nos haga más humanos y sensibles a la belleza y el conocimiento, al contrario, es parte de un sistema que niega al individuo creador y contestatario. Lo que se requiere es negarse a esta imposición, rechazar abiertamente que el arte es un conjunto de obras sin inteligencia ni belleza, negar que cualquier cosa con un precio alto y una teoría es arte, y no dejarse subestimar, porque los seres humanos necesitamos inteligencia y belleza, y cuando perdemos esta necesidad estamos en la más abyecta degeneración espiritual. Es tiempo de ser realmente contestatarios y responder al sistema, los artistas jóvenes que quieren crear arte verdadero, del que exige su talento, dedicación, humildad y paciencia, que lo hagan con la conciencia de que su obra está evitando que el arte se extinga entre el dogmatismo y la especulación económica, que dibujar cada día es lo que los va a salvar del vacío de ser un producto desechable del sistema. HT: Ahora bien, creo que hay dos líneas o mejor dicho dos actores en esto. Por un lado quienes somos consumidores de arte, por el otro quiénes son productores de arte (tanto estudiantes como artistas realizados, por llamarlos de alguna manera), ¿qué nos corresponde a cada cuál para sobrevivir a este torbellino que parece arrastrar y consumir todo a su paso? AL: Fomentar el espíritu crítico y creador, ser muy selectivos con lo que consumimos como arte, porque eso se deposita en nuestra memoria, nos ayuda a entender y asimilar el mundo y la realidad, nos da la posibilidad de crear dentro de nuestra realidad imágenes e ideas que la hacen más grande, más sensible y humana. Leer libros valiosos, no dejarse llevar por la actualidad, es preferible que tarden un año en leer un libro de Tomas Mann a que lean toda la “novela del narco”, incluidos nuestros consagrados, como Mendoza y demás. La poesía no está en twitter, está en los textos intemporales, complejos, que nos obligan a profundizar en las palabras y su fuerza. Seamos exigentes con esto, no conceder sumisamente a la novedad, eso no es un valor del arte ni del conocimiento, eso es consumo inmediato que se deshecha de inmediato, es el fundamento del capitalismo voraz, del neoliberalismo, del establishment. HT: Finalmente, ¿podría, por favor, compartir el nombre de algunos artistas contemporáneos que a su juicio producen obras de considerable valor estético? AL: Lucian Freud, William Kentridge, Hung Liu… ahora hay en México jóvenes que trabajan con entrega y responsabilidad con su talento, con la fuerza de separase de lo establecido, que aunque los profesores les digan que la pintura está muerta, continúan su aprendizaje, los pueden ver en los videos de arte que hago, muchos siguen la escuela de Arturo Rivera, otros que son alumnos de Ignacio Salazar o los que están en Querétaro, Durango, Oaxaca, todos con sus propias vertientes.
1 Comentario
Isabel saucedo
1/28/2018 06:10:15 am
No hay atajo para la técnica , el discurso no puede sustituir al conocimiento profundo
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