Breves consideraciones sobre el "Atravesamiento del fantasma" y el "Sujeto Supuesto Saber"1/12/2016 POR: VÍCTOR HUGO TORO SALAZAR
Resulta interesante a nivel de revisión teórica abordar dos perspectivas, mejor dicho posturas que involucran el fin del análisis[1] atribuyendo éste a diferentes causas; la primera de estas posturas corresponde a la que concibe al desmembramiento o disolución del Sujeto Supuesto Saber (S.S.S.) como el momento nuclear de consideración del fin de análisis. Por otro lado, existe otra postura que afirma una noción conceptual llamada “Atravesamiento del fantasma” como causa primera de la decisión de concluir el análisis. Comencemos primero por revisar cada uno de estos conceptos a fin de presentarlos y posteriormente articular una visión que aclare los vínculos de estas dos hipótesis en la consecución del fin del análisis; es decir, la función que poseen estos dos factores (S.S.S. y Atravesamiento del Fantasma) en el fin del análisis. Lacan introduce su idea del Sujeto Supuesto Saber en relación a la transferencia en 1964 cuando trata de definir el fenómeno de transferencia como la actitud de atribuir saber a un sujeto, en este caso al analista. El analizante atribuye al analista un conocimiento, un saber casi omnisapiente; intuye que el analista sabe de sus construcciones secretas o de sus motivaciones ocultas detrás del discurso. (Evans, 2007, p. 185) Por otro lado, el S.S.S. No solamente se puede constituir como la atribución del conocimiento o del saber; sino que también y dependiendo de la situación analítica y del fenómeno transferencial puede implicar la atribución del “no saber”, como dirá Etchegoyen en su lectura particular de Lacan: “[…] La teoría del S.S.S. no se refiere a una vivencia del analizado sino a un supuesto que surge de la estructura misma de la situación, De aquí que, como vimos hace un momento, el fenómeno pueda ser exactamente el contrario, a saber, que el analizado piense que el analista no sabe, que puede ser engañado.” (2012, p. 161) Así pues, el S.S.S. sugiere un aparato teórico que pretende explicar el fenómeno de la transferencia como un valor o una atribución, mejor dicho, que se le da al analista; cabe decir, que el concepto de Sujeto Supuesto Saber no designa al analista, sino a la función que se le atribuye como sujeto de saber (o como vimos con Etchegoyen de no saber), es por eso que Schneiderman propone una traducción más efectiva, a mi parecer, que deja por objeto al sujeto al que se atribuye y de que se supone el saber, más no el saber mismo. Esto es, el saber no está en suposición (o sabe o no sabe) lo que está en suposición es el sujeto, razón por la cual Schneiderman propone por traducción “Supuesto Sujeto del Saber”. (Evans, 2007, p. 185) Es pues, al principio del análisis cuando se estructura la regla fundamental (Asociación libre) que el paciente comienza a formular su supuesto respecto al sujeto (Analista) que sabe. Al final, en esto constituye el nivel simbólico y de significantes de la teoría transferencial de Lacan. Encontramos en este fenómeno de la situación analítica un referente de que a transferencia ha comenzado y no solo eso sino un destino, o bien, un rumbo, desaparecer de la mente del analizante para desembrar ésa visión del Sujeto Supuesto Saber. Etchegoyen (2012, p. 157) afirma: “[…] Estructuralmente, el S.S.S. aparece pues co la apertura del análisis; pero la cuestión está al final y no al comienzo. El final del análisis significa eyectar el S.S.S., comprender que no existe.” Es fundamentalmente esta meta la que se fija en función de dar fin al análisis, a final de cuentas el S.S.S. no sería más que una manifestación neurótica, quizás narcisista de la interpretación de la situación analítica que realiza el analizante, su disolución, o el desmembramiento de este factor constituye la disolución por ende de las fantasías neuróticas respecto al otro (con minúsculas), situando al analista en el lugar del Otro (Con minúsculas) y por lo tanto negando así la relación imaginaria o fantasiosa que posee el paciente respecto al analista. Es momento de revisar ahora una segunda que propone el concepto de “Atravesamiento del fantasma” como factor coyuntural del fin del análisis acompañado. El fin del análisis constituye definitivamente una etapa o un momento sumamente importante en la vida de cualquier paciente, ha finalizado el acompañamiento; sin embargo, ¿Por qué ha finalizado?, ¿Qué ha definido su finalización? El concepto de Fantasma es introducido en un primer momento por Freud para referirse “[…] a una escena que se presenta en la imaginación y que dramatiza un deseo inconsciente. El sujeto invariablemente desempeña un papel en esta escena, incluso cuando esto no sea evidente.” (Evans, 2007, p. 90) Se trataría pues de un concepto que hace alusión a las fantasías imaginarias que presenta el neurótico en el aparato discursivo en el que se estructura su concepción de la realidad. Sin embargo, para Lacan el fantasma no es únicamente un acto o un aspecto imaginario, se trata además de una construcción simbólica que involucra la plataforma a través de la cual el paciente neurótico articula su defensa ante la noción de castración en el Otro. “Lacan sostiene que más allá de la mirada de las imágenes que aparecen en los sueños y en otras partes, siempre hay un ‘fantasma fundamental’ que es inconsciente. En el curso de la cura, el analista reconstruye el fantasma del analizante con todos sus detalles. Sin embargo, el tratamiento no se detiene allí; el analizante debe continuar hasta ‘atravesar el fantasma fundamental’. En otras palabras, la cura debe producir alguna modificación del modo de defensa fundamental del sujeto, alguna alteración en su modo de goce.” (Evans, 2007, p. 91) Lacan habla propiamente del atravesamiento del fantasma y de su relación con el fin del análisis en su Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el analista de la escuela, donde afirma que: “En este vuelco donde el sujeto ve zozobrar la seguridad que le daba ese fantasma donde se constituye para cada quien su ventana sobre lo real, se percibe que el asidero del deseo, dispuesto a pagarlo reduciéndose, él y su nombre, al significante cualquiera. Porque rechazó el ser que no sabía la causa de su fantasma en el momento mismo en que finalmente él devino ese saber supuesto.” (Lacan, 1969) He aquí el clímax o el “nudo” fundamental de todo este lío sobre el final el análisis en acompañamiento. A final de cuentas ambas consideraciones resultan fenómenos inherentes a una misma realidad: el fin del análisis. Por un lado el atravesamiento del fantasma como identificación del propio síntoma y la liberación de las fantasías como velos de la realidad y por el otro la disolución del Sujeto Supuesto Saber, al lograr el analizante colocarse en el lugar del que sabe, del que ahora “se sabe”, en ése momento ha reconocido y traspasado el fantasma, por lo tanto ha diluido o, mejor dicho, desvanecido el S.S.S. de cualquier otra persona, incluido el analista, el saber supuesto ahora le corresponde a él mismo, como acabamos de ver claramente en el párrafo anteriormente mencionado. Se trata, a final de cuentas de dos caras de una misma moneda, dos aspectos que suponen el fin del análisis; sin embargo, hay que decirlo, en el esquema jerarquizado de conceptos es sin duda el atravesamiento del fantasma el más importante y el que, desde mi punto de vista en particular asegura un buen fin de análisis, en el entendido de que es precisamente el atravesamiento el que diluye el S.S.S.; pero también atendiendo de a la idea de que el S.S.S. puede desvanecerse por otras circunstancias transferenciales que no necesariamente constituyen el atravesamiento del fantasma. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Etchegoyen, Horacio. (2012), “Los fundamentos de la técnica psicoanalítica”, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, Argentina. Evans, Dylan. (2007), “Diccionario de psicoanálisis lacaniano”, Ed. Paidós, México, D.F. Lacan, Jacques. (1969), “Propuesta del 9 de Octubre de 1967 sobre los analistas de la Escuela”, Ed. Du Seuil, París, Francia. [1] Por llamarle así al momento a partir del cual el analizante ya no será acompañado por el analista.
0 Comentarios
![]() "La naturaleza humana no es una cuestión de mente y de cuerpo, sino de psique y soma interrelacionados, donde la mente es como algo que florece al borde del funcionamiento somático." (D. W. Winnicott) Escrito entre 1954 y 1971 y publicado luego de fallecimiento en ese año este libro constituye el resumen más categórico y final de la obra de Winnicott; estructurado a partir de pequeños capítulos, el autor va desglosando de manera magistral y con su método ligero y atractivo sus precisiones sobre el desarrollo fetal, el desarrollo del neonato, la relación estrecha entre cuerpo y mente (articulando sus conceptos de 'soma' y 'psique'), así como sus opiniones sobre las tesis freudianas sobre el desarrollo psicosexual, el objeto y fenómeno transicionales, culminando con sus consideraciones sobre la intervención del ambiente en el desarrollo infantil y devenir de la patología neurótica.
Para quien desee comprender las tesis fundamentales del cuerpo psicoanalítico winnicottiano este texto es una valiosa herramienta, que por su claridad y brevedad se consolida como un referente que ningún estudioso del psicoanálisis podrá omitir. Al mismo tiempo, al haber sido escrito en los últimos años de la práctica profesional de Winnicott (práctica que continuó de manera ininterrumpida hasta el momento de su muerte) este libro es el más actualizado en lo que a las posiciones teóricas y prácticas del autor se refiere. Editado por Editorial Paidós en su colección de "Psicología Profunda", por vez primera en 1993, el texto ya va en su quinta reimpresión (2010), traducido magistralmente por Jorge Piatigorsky quien ya se ha encargado de otras traducciones importantes de textos psicoanalíticos, el libro es sin lugar a dudas una joya de la literatura psicoanalítica de la que no se debe prescindir en ninguna biblioteca personal. Por: Víctor Hugo Toro Salazar |
Archivos
Noviembre 2024
Categorías |