Mannoni, Maud. (1965), "La primera cita con el psicoanalista", Ed. Gedisa: Ciudad de México. Pags. 49-50. Víctor, 14 años, es el menor de tres hermanos. Tiene dificultades escolares desde siempre, y estas se acentuaron en el colegio secundario.
"El mayor -me dice la madre- es digno hijo del padre, es brillante. El menor es hijo de su madre, dicen los amigos, y desgraciadamente, yo empecé de todo y no terminé nada." La hija no tiene problemas y es autónoma. Víctor es difícil, se cree rechazado por su padre. "En realidad, mi marido se reconoce en el mayor y se siente ajeno ante el otro, o más bien, el menor sólo le recuerda sus complejos mientras que el mayor lo enorgullece con sus éxitos." A pesar de un cociente intelectual superior al promedio, Víctor fracasa en las pruebas escolares. Quiere ser brillante, pero sin que ello le cueste. Rechaza todo esfuerzo, no puede soportar el penar por un ejercicio escolar. De su odio hacia el mayor, conserva para sí la imagen fascinante del alumno brillante. Inconscientemente, se esfuerza por imitar al mayor, a quien rechaza y desprecia. Desearía poder interesar a su padre... Pero el trabajo, si no es más que un medio de seducción, aparece como desprovisto de sentido. Víctor se imagina que el mundo le es hostil, está en rebeldía contra los adultos. El fracaso escolar es vivido como una injusticia. ¿Pero vale la pena hacer girar todo alrededor del fracaso escolar? ¿No aparece acaso otra cosa? Gracias a su relación con la madre, el niño se las arregló siempre para no tener que habérselas con la Ley del Padre. Él rechaza esta ley tanto en la competición escolar como en sus relaciones humanas. Se niega a que se lo domine, no soporta que sus actos sean cuestionados. Quiere ser fuerte, sin tener que pasar por la prueba de la debilidad y del no saber. No soporta la duda y busca el método para paliarla. ¿Un curso de recuperación? Sin duda, pero el niño no hace otra cosa desde el 6éme. En realidad, mientras no se esclarezca la significación del bloqueo escolar toda reeducación corre el riesgo de dirigirse en el sentido de las defensas del niño (defensas que consisten en resguardarse de la verdad: evitación, por ejemplo) y de acentuar de este modo, curiosamente, las dificultades ligadas al rechazo del sujeto para aceptar las puestas a prueba y la confrontación con los mayores. Sin embargo, Víctor rechaza toda idea de psicoanálisis. "Es un ataque a mi personalidad" (Declara). En realidad, teme que un psicoanálisis provoque la pérdida de sus privilegios, dejándolo de este modo, desarmado frente a la adversidad. Por ahora, no hay prácticamente fracaso; el sujeto "abandona" a fin de evitar toda confrontación. Él intenta agotar todas las recetas educativas, utilizar todas las salidas falsas, antes que comprometerse en la prueba de la verdad que constituiría en su caso un psicoanálisis. En la actualidad el psicoanalista no puede hacer otra cosa que esperar. Él sabe que, detrás del espectro del fracaso escolar, se oculta toda la inseguridad de ser de Víctor, la que se expresa en su rebeldía, su oposición. Incluso su desarrollo sexual normal de varón está en peligro, en esta aventura en la que evita sistemáticamente toda confrontación con el Otro, en la que todo deseo queda fijado en el universo cerrado detrás del cual el sujeto se protege.
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Julio 2023
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