Por: Hugo Toro. ¿Por qué el psicoanálisis nunca ha sido televisado? En principio porque no es para todos... El análisis nunca ha sido para todos, desde su creación se ha convertido en algo de difícil acceso; no todos podemos soportar la renuncia a la certeza, el sólo hecho de que un fulano se coloque detrás de mío mientras yo estoy tendido en un diván es algo que flaquea cualquier sensación de certeza, por ello a los psicóticos “brotados” no los acostamos. El análisis es algo dificultoso y, para empeorar o mejorar las cosas (según se vea), no promete nada, mejor dicho, promete nada. Es complejo enfrentar las grandes cuestiones como es complejo acercarnos a nuestros demonios, mirarme desde afuera es más sencillo, se sacuden las responsabilidades con facilidad y el goce permea, diría que donde hay responsabilidad difícilmente hay goce, quién sabe si el síntoma que prevalece responsablemente sea goce o no, no lo he pensado. Lo que sí he pensado es que auténticamente por antonomasia el psicoanálisis no es para el vulgo, y está bien que sea así. Un “análisis completo”, quizá convenga mejor decir tradicional para evitarnos las fantasías de completud, pocos lo pueden pagar y más allá del cobro de tres o cuatro sesiones a la semana, lo que es más difícil de pagar son los resultados del análisis, es triste, es doloroso, deprime. Con frecuencia recuerdo a una Dra. Experta en Melanie Klein, quien fue mi maestra en esa pensadora, que solía decir “el psicoanálisis se trata de darse cuenta de que el pinche es uno” y sí, de eso se trata muchas veces, otras no tanto, pero muchas veces sí de ello se trata. ¿Quién no va a sacarle la vuelta a esa verdad? Es incómoda, cae mal… Por fortuna el psicoanálisis no fue hecho para caer bien, por más que Freud lo intentó a lo largo de su carrera o por lo menos al inicio, su destino es incomodar, incomoda a los científicos porque no se ciñe a sus modelos de comprensión, incomoda a los psicólogos porque les recuerda que en buena medida le deben mucho, incomoda al común de las gentes porque le recuerda que la sexualidad es más que un pene y una vagina. Simplemente incomoda. El análisis no puede ser televisado y las pocas experiencias que se han realizado alrededor de esto lo vuelven teatral pero no pueden capturar su esencia. No hay psicoanalistas hablando en las grandes cadenas de televisión porque si hablaran en las grandes cadenas deprimirían a más de uno. ¿Quién va a querer sintonizar el programa matutino de chismes y escuchar a un sutanillo hablar del Complejo de Edipo? La ocasión del psicoanálisis se ciñe al consultorio, al aula de los seminarios, a las supervisiones, pero la televisión no es espacio porque no es espacio para pensar… Se da poco para pensar en la televisión y lo poco que se da es de difícil acceso y muchas veces llega por Internet. No digo nada nuevo, los masivos nunca y jamás se caracterizarán por lo brillante de sus premisas. Esto ha sido una pregunta que yo intento responder desde lo simple, porque lo simple es lo que permite muchas veces responder, habrá más cosas por decir que me guardo y no deseo compartir, por ahora que esto baste, el psicoanálisis no se transmite por televisión, y ¡Gracias a Dios que así sea! De por sí el psicoanálisis se ha vuelto accesible a bastante gente limitada como aperturarlo más aún. A lo más que puede llegar es a aparecer en los programas culturales que nadie ve, que nadie entenderá. Ya tenemos dos nadies, los que no lo ven, los que lo escuchan y no lo entienden y… agreguemos un tercero: el analista, que más que nadie es un don nadie, y sí, ese es su destino, detrás del diván y frente a la masa. Está bien que sea así.
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Julio 2023
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